domingo, 29 de abril de 2018
Radioterapia del Hospital de Clínicas está en situación crítica
Desde hace dos meses, la Unidad de Radioterapia del Hospital de Clínicas está en una situación crítica, porque no cuenta con oncólogos radioterapeutas para atender las consultas de los pacientes. Tampoco tiene un físico médico. Además, las máquinas de cobaltoterapia (que tratan con radioterapia diferentes tipos de cáncer) y de braquiterapia (que combate el cáncer de cuello uterino) aún están paralizadas.
“Estamos muy preocupados porque hoy (viernes) nos enteramos que el doctor José Sosa, quien el pasado martes había entrado al hospital como oncólogo radioterapeuta, renunció a su cargo. No puede ser, es el segundo médico que en menos de tres meses renuncia”, explica preocupada la presidenta de la Asociación de Familiares y Pacientes con Cáncer del Hospital de Clínicas, Rosario Calle.
La representante de dicha asociación asegura que debido a esta situación, otra vez los pacientes están en vilo. “No saben qué van a hacer, dónde van a acudir y se encuentran desesperados”.
Tanto el director del Hospital de Clínicas, Gonzalo Sillerico, como el director del Servicio Departamental de Salud (SEDES), Freddy Valle, dicen que no tenían conocimiento del alejamiento del doctor. “No sabía, recién (el viernes) me estoy enterando. Además no tengo ninguna carta de renuncia ni nada”, sostiene Sillerico.
Valle explica que el galeno que renunció aún no había firmado su contrato, porque no presentó su currículo. Ese es “un procedimiento que sí o sí debía hacer”, explicó el director del SEDES.
Calle lamenta que el radioterapeuta se haya ido. “Era el médico que al menos estaba haciendo el diagnóstico a los pacientes”, dice. Remarca que hasta la fecha no se resuelven los problemas de la unidad de Radioterapia, que desde hace dos meses no atiende a los enfermos. “Hay una crisis tremenda”, recalca.
Ante la falta de un especialista, los pacientes se declararon en emergencia y desde hace dos meses realizan varias protestas en las calles.
Los representantes de la asociación solicitaron al Ministerio de Salud que se les otorgue un ítem para el especialista, por lo que se contrató a la doctora Claudia Carvajal en ese puesto. Sin embargo, ella renunció al cargo porque no había condiciones para seguir trabajando, según los pacientes.
Una auditoría que se hizo a la unidad determinó que los equipos no estaban calibrados y por esa razón no se realizaban tratamientos de forma adecuada. Además estableció que faltaban como 20 accesorios en el equipo de cobaltoterapia y otros insumos para realizar un buen tratamiento. Tampoco contaban con un físico médico.
El martes pasado, los pacientes de la Unidad de Radioterapia del Hospital de Clínicas acudieron al SEDES para solicitar a las autoridades que solucionen este problema y pongan fin a sus demandas.
Ante ese pedido, los representantes de los pacientes firmaron un acuerdo con el director del nosocomio, Gonzalo Sillerico, y el director del SEDES La Paz, Freddy Valle. Según el convenio, las autoridades se comprometen a solucionar todos esos puntos en un plazo máximo de dos meses.
Sin embargo, según la secretaria de Fiscalización de la Asociación, Susana Suazo, las autoridades no están haciendo nada para encontrar una pronta solución. “Entendemos que no será un cambio de un día para otro, pero si las autoridades no se mueven no habrá nada”, indica.
Suazo explica que entre los puntos del acuerdo se encuentra la contratación de un físico médico con título comprobado, ya que ese especialista es muy necesario en la unidad porque se encarga de las dosimetrías del tratamiento. “No es suficiente un físico como tal”, detalla.
En Bolivia no existe esa especialidad, pero la organización tenía conocimiento de que hay dos expertos de Venezuela que llegaron al país, por lo que se contactó a uno de ellos para que acuda a trabajar al nosocomio. “Nos enteramos que sólo tendría un salario de 3.000 bolivianos. ¿Qué profesional de esa talla querrá venir a trabajar por ese sueldo?”, se pregunta.
El director del Hospital de Clínicas confirma que ese es el monto que se le cancelará al profesional, porque así está establecido en las planillas por medio tiempo. “Nosotros podemos pagar 5.000 bolivianos por tiempo completo, pero por medio (tiempo) sólo ese monto. Así lo establecen las normas”, argumenta.
Suazo resalta que otro de los temas que preocupa a los pacientes con cáncer es la adquisición de los equipos que faltan en la unidad de Radioterapia, como el planificador, el simulador y los accesorios para la fuente de la máquina de cobaltoterapia. “Nos indicaron que para la pastilla de la fuente del equipo acudirían a la OMS para que se nos otorgue, pero vemos que las autoridades no están haciendo nada. Nosotros necesitamos con urgencia ese accesorio”, dice.
Según Sillerico, ya se lleva adelante el convenio con el Gastroenterológico para que los pacientes con cáncer acudan a ese nosocomio para hacerse esos exámenes.
Paciente con cáncer destapa corrupción en Hospital General
Angustiada y cansada de suplicar, María (nombre ficticio para evitar posibles represalias) llora por no contar con los resultados del tratamiento que recibió hace seis meses en la unidad de Radioterapia del Hospital de Clínicas de La Paz. Asegura que pagó por ese tratamiento, pero lamentablemente no le dieron recibos.
La víctima presentó el 8 de noviembre del año pasado su queja a través de una carta al jefe de la Unidad de Radioterapia del nosocomio público. Doce días después, María remitió la denuncia con pruebas a la dirección del Servicio Departamental de Salud (SEDES) La Paz. El caso fue enviado a la Unidad de Transparencia de esa entidad, que luego de una investigación halló indicios de responsabilidad en cuatro funcionarios.
Según fuentes que trabajaron en el nosocomio y pacientes, que por temor piden guardar su nombre en reserva, la historia de María destapa una presunta red de corrupción que involucra a funcionarios que trabajaban en la Unidad de Radioterapia del Hospital de Clínicas.
“Fue en agosto (de 2017) que me diagnosticaron cáncer en la vesícula. Yo fui al médico porque me dolía mucho mi estómago y luego de varios exámenes me dijeron que se trataba de cáncer”, cuenta a Página Siete María, de 52 años.
La mujer oriunda de Chulumani buscó un especialista en La Paz. “(Fui) al consultorio privado del doctor A.Q. Ahí el doctor me dijo que debía hacer un tratamiento de radioterapia, por lo que me pidió que vaya al Hospital de Clínicas -donde él también trabajaba- para iniciar el tratamiento”, relata.
Recuerda que ese día otros “dos pacientes” que estaban en su misma situación también fueron al nosocomio público para recibir tratamiento. “Cuando llegamos, el personal nos llevó a otra sala para que esperemos . Nosotras no estábamos junto al resto de los pacientes, supongo que no querían que nos enteremos sobre costos y esas cosas”, dice.
La mujer asegura que recibió 15 sesiones y que pagó la suma de 8.000 bolivianos poco a poco. “Hacía los pagos en la misma unidad y no me daban factura, ni recibos, ni nada, pero eso no me importó en ese momento, porque uno hace lo imposible por curarse”, afirma.
Cuenta que después de algunas sesiones el especialista le dijo que el costo total iba a ser de 12.000 bolivianos. “Le rogué al doctor que me ayude y que me rebaje porque yo no tenía tanto dinero. Para mí es casi imposible tener esa plata, porque vivo en el campo, mi familia no tiene muchos recursos”, relata.
Recuerda que ante tantas súplicas el doctor supuestamente le dijo: “Ya, ¿cuánto puedes conseguir?”. “8.000”, fue su respuesta. El médico aceptó y en gratitud la mujer le llevó “ plátanos postres y hasta gallinas” para él y otros trabajadores del nosocomio.
Relata que cuando concluyó las 15 sesiones, el doctor le exigió que termine de pagar los 4.000 bolivianos restantes, de lo contrario no le entregaría los resultados de su tratamiento. “Eso me cayó como agua fría porque no cuento con ese dinero”, dice María. Por eso, dejó de insistir, pero la incertidumbre de saber cómo está su salud fue tan grande que volvió donde el médico para “rogarle” la entrega de los resultados, pero, el galeno se negó: “Tienes que pagarme lo que falta, me ha dicho”, cuenta.
La mujer pide que le entreguen sus resultados, que tendrían que estar en el nosocomio, pero de ellos no hay rastros. Ante esa situación, presentó una denuncia a la dirección del Hospital de Clínicas. “Quiero saber cómo estoy, si me curé o no. Esta preocupación me mata”, indica.
Según el director del nosocomio público, Gonzalo Sillerico, cuando la denuncia llegó a su despacho, debido a lo delicado del caso, fue derivada al SEDES La Paz, donde desde diciembre de 2017 se investiga. “Debido a esta denuncia el doctor (implicado) ya no trabaja en el hospital”, respondió de forma escueta.
El director del SEDES La Paz, Freddy Valle, informa que la queja llegó a su despacho en diciembre y que fue derivada a la Unidad de Transparencia de esa institución. “Hubo una denuncia de parte de una ciudadana contra un profesional que ejercía sus actividades en el hospital, es por cobros indebidos”, dice, aunque remarca que el galeno denunciado no era de planta y sólo trabajó en el hospital por cuatro meses y a contrato.
Transparencia inició la investigación. “Estas averiguaciones no son nada fáciles, debido a que se tocaron temas delicados que involucran aspectos económicos y de salud”, explica Valle. Luego de hacer las pesquisas en el hospital, en el servicio e interrogar a algunos profesionales, se determinó que “existen presuntas acciones irregulares realizadas por un profesional y parte del equipo de la unidad de oncología, y que requiere profundización de este caso, pero ya a nivel jurídico legal”. Lo que significa que ahora debe intervenir la autoridad sumariante y la Unidad de Jurídica para iniciar un proceso contra el doctor.
Valle explica que hay otros cuatro funcionarios que están implicados en el caso. Por ese motivo, se elevó la investigación a la Autoridad Sumariante, instancia independiente del SEDES, que hará las funciones de juez en esa institución. “Ellos profundizarán la investigación para dar un fallo”, dice Valle y remarca que es la única denuncia de este tipo que llegó a su despacho.
Pero un profesional que trabajó en el Hospital de Clínicas, que prefirió guardar su nombre por miedo a amenazas, asegura que en la Unidad de Radioterapia opera “un feudo o una red que es manejada por varios funcionarios”.
Según el profesional, el caso de María no es único. “El servicio de Radioterapia incumplió un montón de reglamentos estrictamente médicos porque se ha conformado un grupo que involucra a algunos técnicos y también algunos médicos. Ellos han convertido la unidad en un feudo y la manejan de forma muy discrecional perjudicando a los pacientes”, cuenta.
“Recientemente, un médico muy bueno se fue porque fue presionado por este grupo que no permite una auditoría y maneja Radioterapia como si fuera de su propiedad”, añade.
La presidenta de la Asociación de Familiares y Pacientes con Cáncer del Hospital de Clínicas, Rosario Calle, dice que la denuncia de María es la primera que se conoce sobre cobros irregulares en Radioterapia. Pero resalta que quizá hay mucha gente afectada y que teme hacer su queja.
Calle asegura que en el nosocomio un tratamiento de radioterapia cuesta 5.000 bolivianos y uno de quimioterapia, 3.000. “Todo es facturado en el mismo hospital”, explica.
María sólo busca obtener los resultados de su tratamiento e insiste en conocer la conclusión de la investigación de la Unidad de Transparencia. “Hoy (el viernes) me han dicho que vuelva el lunes. No puedo retornar cada vez, tengo a mi esposo enfermo que lo deje en el pueblo”, lamenta. Advierte que si no obtiene una respuesta, acudirá a los ministerios de Salud y de Justicia. Y es que del resultado de este caso depende su vida.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)