La Caja Nacional de Salud no tiene un solo acelerador lineal, es decir el equipo que puede dar sesiones de radioterapia para atacar con precisión a los tumores cancerígenos. El Hospital de Clínicas sigue usando una vetusta bomba de cobalto que daña otros órganos del cuerpo por su antigua tecnología.
La máquina data de hace varias décadas y fue donada por Argentina en los años 70. En Bolivia, 50 años después, todavía se usa. Pero en abril los pacientes no tuvieron atención de radioterapia en el Hospital de Clínicas durante varias semanas.
Los pacientes iban todos los días, compraban su ficha y trataban de obtener su tratamiento, pero la vetusta bomba de cobalto no podía ser reparada, causando desesperación entre los pacientes y sus familiares.
Un paciente con cáncer que dijo llamarse Esteban le comentó a Brújula Digital que él está afiliado a la Caja, pero que pasaron meses hasta que pudo conocer bien su diagnóstico y empezar su tratamiento de quimioterapia, que se obtiene en el séptimo piso del Hospital Materno Infantil.
Y luego vinieron otros problemas, como que cada 21 días, cuando le debería tocar una nueva sesión de quimioterapia, usualmente no hay camas disponibles y debe volver, cada día, a preguntar por una.
En una ocasión demoró 10 días en lograr su siguiente sesión, cuando los médicos recomiendan que se cumplan los plazos estrictamente.
“No entiendo por qué no nos pueden avisar por WhatsApp o por teléfono si hay o no una cama, nos hacen venir, todos los días, a las siete de la mañana. Hay gente que vive en Viacha o más lejos y están debilitados porque tienen cáncer, pero igual tiene que ser personal su consulta sobre si los van a atender. Deberían tener otro sistema, pero ni a las enfermeras ni a los médicos les importa”, expresó.
La entrevista a Esteban se realizó justo el día en que el Gobierno presentó el nuevo billete de 10 bolivianos. La impresión de los billetes de todos los cortes costará al país 38,9 millones de dólares.
Esteban se mostró muy molesto y frustrado por esta situación. “Es terrible, se gasta en todo menos en paliar un poco el sufrimiento de los que tenemos cáncer”, dijo. Y agregó: “si el presidente Evo Morales tuviera cáncer, se iría al mejor hospital de Brasil, Argentina o Cuba. Y nosotros tenemos que mendigar por una cama”.
El Instituto Boliviano de Radioterapia y Oncología (IBRO), ubicado en El Alto, cuenta con el único acelerador lineal en La Paz. Es una institución privada, por lo que los costos de tratamiento son elevados, pero aun así ofrece un servicio crucial.
Desde hace meses la clínica privada Talentum, de la zona de Mallasilla de La Paz, espera una autorización para empezar a trabajar con el que sería el segundo acelerador lineal de La Paz.
Un acelerador lineal puede costar unos tres millones de dólares, al que hay que agregar un millón más para construir un búnker de concreto que lo aloje.
El Estado se ha negado en los últimos años a comprar dicho equipo, pese a que los gastos superfluos que autoriza el Gobierno son millonarios en todas las áreas.
Aumento de los casos de cáncer en Bolivia
Desde 2014 hasta la fecha, el Hospital de Clínicas de La Paz ha registrado aproximadamente 12.205 casos de personas que sufren algún tipo de cáncer.El año 2016 en el mismo nosocomio se registraron 2.783 pacientes, número que se incrementó en 2017 a 2.935 afectados, y según un último reporte hasta abril de este año se tienen registrados ya 756 nuevos casos.
El año 2017, 33 personas registradas en el Hospital de Clínicas murieron por no haber ganado la batalla contra el cáncer. Diez hombres y 23 mujeres que en su mayoría enfrentaban el cáncer de mama, cáncer de estómago, cáncer de cuello de útero y cáncer de próstata perdieron la vida.
El doctor Luis Medina Pérez, jefe de las unidades de Oncología Quirúrgica y Oncología Clínica, trabaja desde el año 1988 en el lugar y asevera que el cáncer en el país cobra más víctimas cada año.
“El cáncer en nuestro país ha ido aumentando, dentro de lo que es la parte casuística como se llama ha ido aumentando año tras año y vemos que la incidencia es alta, dentro de lo que es el cáncer de la mujer, por ejemplo”.
Según el profesional, la mujer es la primera víctima de cáncer en el país, teniendo como principal tipo de morbilidad al cáncer de cérvix uterino, seguido del cáncer de mama y cáncer de ovario.
En cuanto al hombre comenta que mayormente sufren de cáncer de estómago, colon y recto, además de algunas veces presentar sarcomas o linfomas, en el caso de gente joven.
Entre las batallas que un enfermo de cáncer atraviesa en Bolivia se encuentran los altos costos de tratamientos y medicamentos, la falta de atención en hospitales, el estado deplorable de los equipos y la falta de información de prevención en el área rural y urbana del país.
“Todos deberían unirse para luchar contra esta enfermedad, el paciente más económico paga 700 bolivianos por quimioterapia, pero eso es para una sesión, necesitan seis, ocho, diez sesiones, dependiendo del caso”, expresó.
En su mayoría se necesitan entre 2.000 y 9.000 bolivianos por sesión, es decir entre 18.000 y 54.000 bolivianos por un ciclo de seis quimios.
Cooperación solidaria
A raíz de la necesidad que atraviesan estas personas, Rosario Calle, presidenta de la Asociación de Personas con Cáncer, Familiares y Voluntarios, informó que han recurrido a otras instituciones públicas, privadas, fundaciones y voluntarios para poder recaudar fondos que ayuden a sobrellevar su lucha.
“Si no fuera por la Fundación San Luis no sé qué haríamos, es la única creo que atiende, además del trabajo social del Hospital de Clínicas”, dijo Calle.
La Fundación San Luis realiza varias acciones desde hace ya mucho tiempo en favor de los niños con cáncer. Por ejemplo, organiza la “Caminata por la Vida”, un acto público en la que las personas pagan 100 bolivianos para inscribirse y caminan aproximadamente 12 kilómetros. Todo el dinero recaudado se destina a tratamientos y la compra de medicamentos.
También, junto a otras instituciones públicas y privadas, hace pelucas de cabello natural que se entregan a niños que padecen de cáncer.
La jefa de trabajo social del Hospital de Clínicas, Adelaida Salazar, informó que esencialmente su entidad trabaja en el área pública con los ministerios de Salud, de la Presidencia y Entel.
Dentro del sector privado afirma que se tiene un acuerdo con la fundación San Luis y de voluntarios que aportan ocasionalmente con algunos montos de dinero.
Si bien no son cantidades importantes, ayudan hasta para los exámenes de laboratorio que los pacientes deben hacerse.
“También a través de la asociación se han hecho convenios interinstitucionales con el banco de sangre, no nos olvidemos que los pacientes oncológicos llegan a requerir mucho de ella. La asociación busca conseguir el tema de medicamentos de diferentes empresas importadoras, como Bagó y MKM, con los que hay convenios por los cuales nosotros, remitiendo un informe y una evaluación socioeconómica, hacemos que se bajen los costos con los que se venden realmente esos químicos en el mercado”, informó Salazar.
La Fundación de Lucha contra el Cáncer se dedica a realizar diferentes tipos de análisis y exámenes específicamente para mujeres, pero no el tratamiento terapéutico, ya que no cuentan con el financiamiento para cubrir los costos.
También realiza un arduo trabajo en el tema de campañas de información de prevención con grupos de voluntarios en El Alto y La Paz.
“Esto es realmente urgente, vienen mujeres con cáncer terminal como primera consulta”, que podrían haberse salvado si es que asistían a un centro médico con anticipación, dijo Carlos Salamanca, ginecólogo del Hospital de Clínicas. “Todo ayuda”, dijo Rosario Calle. Pero sabe que muchos no estarán aquí para ver si esa ayuda fue suficiente o no.