El tratamiento de unos 60 niños con cáncer, leucemia y tumores, se ha “parado” por falta de diez medicamentos indispensables para la quimioterapia, como la asparaginasa, metrotexate y mercaptopurina, en el pabellón de oncología del hospital del niño Manuel Ascencio Villarroel, contaron las madres.
El desabastecimiento comenzó hace un mes, cuando el lote de medicamentos que entregó el Ministerio de Salud se terminó, dijo la representante de los padres de familia, Lorena Córdova.
“Esto pone en mucho riesgo la salud, porque los chicos están paralizados cuatro semanas. A veces no llega la ampolla y van a tener que saltar de medicamento, sino se les pone en el tiempo que deberían administrarles sus dosis, entonces, tienen recaídas y tienen que iniciar nuevamente el tratamiento, a veces, estando ya en la mitad”, explicó.
Añadió que al menos la mitad de los 60 pacientes que son atendidos en el oncológico están sin recibir el tratamiento desde que comenzó el desabastecimiento.
La otra mitad ha optado por aplicarse el medicamento intravenoso, que llegó de donación, pero que no tiene el mismo efecto que el intramuscular.
Viene de Shinahota
Paola tiene 5 años, vive en Shinahota, pero viaja con frecuencia a la ciudad para recibir terapia contra la leucemia crónica que padece, contó su madre Lizeth Sianca. El día que le toca recibir la dosis, Paola, su mamá y su hermana de un año salen de su casa en la madrugada y llegan a las 9:00, luego de un trayecto de casi 200 kilómetros.
En la mañana llegan al oncológico para su tratamiento y se quedan todo el día, sin embargo, esta semana estuvo a punto de no recibir el medicamento, porque su madre no tenía los recursos para comprar jeringas y otros insumos para que le apliquen el medicamento.
Al ver esta situación y ante el riesgo de que Paola regrese a Shinahota sin recibir su tratamiento, las mamás organizaron una colecta para reunir 25 bolivianos para una manguera ámbar, necesaria para que le apliquen sus medicamentos. En tanto, que otros le colaboraron con el almuerzo.
Su madre contó que cada vez le es más difícil solventar el tratamiento con el sueldo que tiene lavando autos en el trópico, 50 bolivianos al día. Tampoco tienen casa, vive en un cuarto que le dio su abuelita y duerme en el piso con sus tres hijos.
Llegaron de Pocona
Otra madre que peregrina por medicamentos es Felipa Linares, su niño de 8 años tiene leucemia y lleva un año en tratamiento. Contó que antes de llegar al pabellón de oncología del hospital público estuvo por clínicas privadas, en una le cobraron 20 mil bolivianos, sin rebaja, sin aliviar la situación de su hijo.
“Ya me he quedado un año en Cochabamba, su situación de mi hijo es complicada, una señora ya está cinco años, yo creo que me voy a quedar igual, mi familia está en Pocona”, contó.
Coincidió con las demás mamás: “Otra vez se atrasan y los niños recaen. No tenemos plata, no sé qué vamos hacer para nuestros hijos”. Las mamás se han organizado para reclamar los medicamentos al Ministerio de Salud e impulsar una ley departamental para los pacientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario